Los activos privados han sido una de las áreas de más rápido crecimiento del sector de las finanzas durante los últimos diez años o más. Aún así, la inversión en capital privado, deuda privada o bienes raíces ha sido tradicionalmente propiedad de fondos de inversión especializados o de personas con un alto patrimonio neto..

Sin embargo, el panorama está cambiando y los inversores, los reguladores y los gobiernos están empezando a hablar de una «democratización» de los activos privados que está permitiendo participar en estos mercados en expansión a un abanico más amplio de inversores minoristas. De hecho, una encuesta realizada en 2023 por PwC mostró que las gestoras prevén que los mercados privados supongan hasta la mitad de sus ingresos por la gestión de activos y patrimonio de aquí a finales de 2027, en comparación con el 37,6 % de finales de 20201.

Los activos públicos se definen como aquellos que se negocian en los mercados públicos, como la Bolsa de Londres o la Nasdaq. Las empresas obtienen financiación mediante la emisión de acciones o bonos que se cotizan en mercados públicos en los que pueden comprarse y venderse. Los precios están públicamente disponibles y, al haber miles de compradores y vendedores, los inversores pueden comprar y vender rápidamente al precio vigente en los mercados.

Por el contrario, los activos privados se compran y venden fuera de los mercados públicos. Los fondos privados pueden centrarse en la renta variable (comprar empresas o participaciones en empresas) o en la deuda (proporcionar préstamos privados a las empresas). Los fondos se especializan normalmente en un sector en particular, como el de los bienes inmobiliarios o el de las infraestructuras. El ámbito de la inversión privada recibe a menudo el calificativo de «alternativo», en oposición a los activos «tradicionales» que representan los bonos y las acciones.

Normalmente, los fondos privados tienen unos horizontes de inversión fijos de entre cinco y diez años, periodo durante el cual compran, desarrollan y finalmente venden sus activos. Estos fondos son de capital fijo, por lo que, tras la movilización inicial de fondos, no se vuelve a recaudar dinero. Tampoco se negocian públicamente, así que los inversores no pueden vender su participación o sacar su dinero del fondo hasta que acabe el plazo, una vez que el fondo haya vendido o «liquidado» sus activos.
El crecimiento que han experimentado los activos privados en los últimos años ha estado motivado por una serie de factores. La crisis financiera global de 2008-9 fue uno de ellos: cuando los bancos redujeron el crédito, las empresas se vieron obligadas a acudir a otros mercados en busca de inversión y financiación. Muchas de ellas se han dado cuenta de que la inversión privada puede satisfacer todas sus necesidades de capital sin los gastos y las complicaciones que suponen una salida a bolsa.

Desde el punto de vista del inversor, el atractivo de los activos privados radica en tres ventajas: diversificación, nuevas formas de ingresos y la posibilidad de crear valor a largo plazo sin la volatilidad de los mercados públicos.

Además, los activos privados ofrecen la posibilidad de obtener unas rentabilidades más altas. La renta variable privada, por ejemplo, tiene normalmente un rendimiento superior al de los mercados de renta variable pública a largo plazo, y los activos privados, aunque no son inmunes a las subidas y bajadas de la economía, no están sujetos a los vaivenes a corto plazo de los mercados públicos.

Los inversores institucionales, como los planes de pensiones y las compañías de seguros, han estado aumentando sus inversiones en activos privados durante los últimos años, ya que han visto que estos activos les ofrecen oportunidades de diversificación, asegurando al mismo tiempo el capital y los ingresos, algo que se ha vuelto más complicado en los mercados públicos.

En el pasado, una institución típica solo tenía acciones y bonos negociados en los mercados públicos. Hoy en día, la mayoría también invierten en mercados privados, llegando a asignar hasta un 20 % de su capital total en este tipo de activos.

De hecho, nuestra encuesta mostró que muchas instituciones esperan aumentar su inversión en renta variable privada, deuda privada y bienes inmuebles en los próximos años2. Y, adonde van las grandes sociedades de inversión, les siguen los inversores privados: la democratización de los mercados privados es la siguiente fase de este crecimiento de la inversión en activos privados.
Los inversores minoristas tienen las mismas motivaciones que las instituciones: la diversificación, la oportunidad de obtener mayores rendimientos y unos horizontes de inversión a más largo plazo.

Un factor crucial a la hora de abrir los mercados privados a los inversores minoristas es la actitud de los gobiernos y los reguladores. En los últimos años, ha habido una inversión en activos privados muy significativa en numerosos sectores de la economía, desde las tecnologías digitales hasta la energía, área en la que la inversión privada está desempeñando un importante papel en lo que se refiere a las energías renovables.

La inversión en activos privados también va a tener un papel importante en la transición a una economía más favorable para el clima. Se estima que será necesario invertir 4 billones de dólares anuales de aquí a 2030 para que el mundo alcance el objetivo de cero emisiones netas de carbono en 20503.

El comportamiento de los principales agentes del sector sugiere que existe una oportunidad que se puede aprovechar. Por ejemplo, un informe de PwC muestra que la mayoría de los limited partners (LP) y general partners (GP) están adoptando una filosofía de inversión «o ESG o nada» y que más de tres cuartas partes se está planteando dejar de promocionar o de invertir en productos del mercado privado que no sean ESG de aquí a finales de 2025.4

Y la inversión a largo plazo necesaria para la transición a una economía sostenible se adapta bien al modelo de inversión en activos privados. Sus horizontes a más largo plazo le permiten invertir sin una volatilidad del mercado que normalmente empuja al cortoplacismo en los mercados públicos. Los gobiernos y los reguladores son cada vez más conscientes de que una inversión en tecnología y sostenibilidad mucho mayor es imprescindible tanto para el crecimiento futuro como para el cumplimiento de los objetivos climáticos.

Un ejemplo clave de cambio en este sentido es la regulación de los fondos europeos de inversión a largo plazo (ELTIF, por sus siglas en inglés). En su forma actual, ELTIF impone restricciones al acceso de los inversores minoristas a los activos privados con el fin de garantizar que solo participen en estos los inversores profesionales o expertos. ELTIF 2.0, la versión actualizada que entrará en vigor en 2024, relajará en gran medida estas normas. La previsión es que los fondos de renta variable privada, deuda privada e inversión inmobiliaria privada estén abiertos a un número mayor de inversores minoristas.

Los cambios de ELTIF afectan a todos los mercados de la UE, pero también son indicativos del cambio de enfoque de la regulación en otros países, como el Reino Unido, donde las autoridades están discutiendo sus propios planes para relajar los controles sobre el acceso de los inversores minoristas a la inversión en activos privados.
El principal reto es quizá la liquidez. Dada su naturaleza, los mercados de activos privados siempre van a ser menos líquidos que los mercados públicos. La mayoría de los inversores minoristas no están acostumbrados a prescindir de una cantidad de dinero durante un periodo prolongado, especialmente cuando la rentabilidad es difícil de determinar hasta que no se vendan los activos.

De hecho, a los reguladores les preocupa que los activos privados estén vinculados a otras partes del sector financiero y que esto solo se haga patente en un momento de tensión de los mercados. El presidente de la Financial Conduct Authority del Reino Unido ha abogado a favor de una mayor transparencia, argumentando que la falta de datos impide que los reguladores supervisen un conjunto de riesgos que afectan a los mercados privados, como el apalancamiento oculto y las tensiones de liquidez5.

Aún así, los gestores de activos privados ya están teniendo en cuenta maneras de atenuar esta falta de liquidez. El modelo de los fondos de renta variable privada de capital fijo y plazo definido está evolucionando, y existen fondos de plazo indefinido que ofrecen una mayor flexibilidad y fondos de renta variable privada de capital variable en los que los inversores pueden entrar y salir cuando quieran.

A medida que el mercado vaya madurando, es probable que surjan nuevos modelos que tengan como objetivo combinar el enfoque a largo plazo de las inversiones en activos privados con algunas de las ventajas en materia de liquidez que buscan los inversores minoristas.

La transparencia va a ser otro reto. En muchas ocasiones, los gestores de activos privados solo les ofrecen a los inversores la misma cantidad de información acerca de sus empresas que estaría disponible en el caso de que fuesen empresas de capital abierto. Sin embargo, existen problemas de escala y distribución: mantener informados a unos cuantos millonarios o inversores institucionales acerca de sus inversiones en fondos de renta variable privada no es lo mismo que proporcionar información a miles de inversores minoristas.

Ninguno de estos problemas es insuperable, por supuesto, especialmente teniendo en cuenta que el interés por la democratización es compartido por los inversores, los fondos privados y los reguladores. Sin embargo, sean cuales sean las soluciones que terminen por imponerse, los activos privados no van a ser adecuados para todos los inversores. Los que tengan unos horizontes de inversión más cortos o los que necesiten seguir teniendo acceso a su capital en efectivo no se van a ver atraídos —y no deberían serlo— por la inversión en activos privados.

Para muchos, sin embargo, la apertura de este espacio va a aportar nuevas oportunidades de diversificación, nuevos modelos de riesgo y rentabilidad e incluso un mayor sentimiento de implicación y titularidad con respecto a sus inversiones.

La diversidad intelectual permite desarrollar ideas más complejas. Y las ideas son oportunidades.

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GLOSARIO
  • Fondos de capital fijo: Los fondos de capital fijo recaudan dinero de los inversores en el momento en el que se crean. El capital total invertido no cambia. Muchos tienen también una fecha objetivo, es decir, una fecha determinada en la que el fondo vende todos sus activos y devuelve el dinero a sus inversores. Las acciones de estos fondos a menudo se negocian públicamente.
  • Acciones: Una acción es una participación en la propiedad de una empresa o activo. Los accionistas poseen una participación en una empresa. El valor de su participación aumenta o disminuye en función del valor de la empresa. Los accionistas también reciben una parte correspondiente de los beneficios de la empresa, conocida como dividendos, si esta decide repartirlos.
  • Liquidez: Algunas inversiones presentan una mayor facilidad para entrar y salir de ellas. El efectivo o el dinero depositado en una cuenta bancaria es altamente líquido, ya que se puede disponer de él y gastarlo fácilmente. Las acciones y los bonos que se negocian en mercados públicos también son bastante líquidos: hay muchos compradores y vendedores, por lo que es relativamente fácil negociar con ellos si se está de acuerdo con el precio de mercado. El dinero invertido en un fondo de activos privados es menos líquido. Por ejemplo, comprar o vender un inmueble o una empresa privada no es algo que se pueda hacer rápidamente si se quiere obtener el precio justo de mercado. Además, los inversores no pueden sacar su dinero rápidamente, y muchas veces tampoco pueden hacerlo antes de una fecha determinada.
  • Fondos de capital variable: Permiten la entrada de nuevos inversores y la salida de los inversores existentes en cualquier momento. La cantidad invertida en el fondo puede por lo tanto ir cambiando con el tiempo.
  • Renta variable pública: Las empresas pueden emitir acciones a través de una bolsa de valores. Estas acciones se compran y se venden de manera pública. Todo el mundo puede ver su precio en todo momento y este sube o baja dependiendo de la demanda que exista entre los inversores por hacerse con una participación en la empresa.
  • Deuda pública: Las empresas pueden pedir dinero prestado a los bancos, pero otra opción para financiarse es emitir bonos. Los bonos son como un pagaré con una fecha de vencimiento determinada en la que debe devolverse el dinero y se emiten a través de mercados bursátiles o extrabursátiles. Los bonos públicos se pueden vender y comprar rápidamente, y quienquiera que sea el titular de los bonos, será el acreedor de la empresa y cobrará los intereses mientras sea dueño de los mismos.
  • Capital inversión: Algunas empresas no emiten acciones de manera pública y siguen siendo de propiedad privada. Es posible que tengan varios accionistas, pero sus acciones no se negocian de manera pública. Los fondos de capital inversión compran participaciones en empresas privadas y muchas veces tienen un papel activo en la gestión de estas compañías. Reciben una parte correspondiente de los beneficios de la empresa y también intentan obtener un beneficio incrementando el valor de la empresa antes de vender su participación.
  • Deuda privada: Una manera alternativa de pedir dinero prestado (junto con los préstamos bancarios y la emisión de bonos). Los fondos de deuda privada prestan dinero directamente a las empresas y cobran un interés. Estos préstamos no se negocian públicamente.
  • Bienes inmuebles: este término abarca casas, pisos, locales, oficinas y fábricas, además de otros tipos más especializados de propiedades físicas. Un fondo inmobiliario adquiere propiedades y también puede invertir para mejorarlas o renovarlas. Obtiene ingresos de las rentas cobradas por la propiedad y normalmente intentará aumentar los beneficios vendiendo la propiedad en el futuro por un precio mayor al pagado. Este material se ofrece solo con fines informativos y no debe considerarse como asesoramiento en materia de inversión. Los puntos de vista expresados en este artículo pueden cambiar y no se puede asegurar que los acontecimientos se desarrollen según lo previsto en el mismo.
1 Fuente: PwC, July 2023, https://www.pwc.com/gx/en/news-room/press-releases/2023/pwc-2023-global-asset-and-wealth-management-survey.html
2 Fuente: Natixis Investment Managers, 2023 Institutional Outlook, https://www.im.natixis.com/us/research/institutional-investor-survey-2023-outlook
3 Fuente: Natixis Investment Managers, Growth Capital to Support the Energy Transition, https://www.im.natixis.com/en-institutional/insights/growth-capital-to-support-the-energy-transition
4 Fuente: PwC, May 2023, GPs’ Global ESG Strategies: Disclosure Standards, Data Requirements & Strategic Options, https://www.pwc.lu/en/press/press-releases-2023/gp-global-esg-strategies.html
5 Fuente: FCA, May 2023, https://www.fca.org.uk/news/speeches/drive-data-non-bank-financial-intermediation-nbfi