Bertrand Rocher

Bertrand Rocher

Mirova**

Marc Briand

Marc Briand

Mirova

Coincidiendo con la creciente popularidad de la inversión sostenible, muchos están empezando a fijarse en los bonos verdes como el último – y, quizá el más efectivo – vehículo de inversión para la lucha contra el cambio climático.

No es difícil ver por qué: aunque algunos inversores en renta fija o variable sostenible se limitan a evitar los peores valores, muchos bonos verdes se utilizan específicamente para financiar proyectos con un impacto medioambiental y climático positivo. Esto incluye áreas tan diversas como los edificios verdes, los vehículos eléctricos, el transporte inteligente, las energías renovables, la reforestación o incluso la gestión de residuos.

En los últimos años, han entrado en el mercado emisores de todo tipo. Tan solo en 2021, la emisión de bonos verdes ascendió a un total de 517 000 millones de USD, lo que supone un importante crecimiento del 74 % con respecto a los 297 000 millones de USD del año anterior, según la organización sin ánimo de lucro Climate Bonds Initiative1.

Este tipo de inversión es imprescindible: la Comisión Europea, por ejemplo, calcula que la UE necesita una inversión adicional de 350 000 millones de dólares cada año para alcanzar sus ambiciosos objetivos de reducción de emisiones, además de otros 130 000 millones de dólares para otros objetivos ambientales2.

Mientras tanto, Climate Bonds Initiative prevé que la emisión de bonos verdes tendrá que alcanzar la impresionante cifra de 5 billones de USD al año – un incremento de casi diez veces la emisión récord de 2021 – de aquí a 2025 si la economía global quiere llegar al cero neto antes de 20501.

La marea verde
A pesar de que el rápido crecimiento del mercado de los bonos verdes es positivo a nivel general, sus críticos aseguran que se han dado numerosos casos de «ecoblanqueo» – es decir, de crear una falsa impresión o proporcionar información engañosa sobre cómo los productos, procesos y estrategias corporativas de una empresa son respetuosos con el medio ambiente – con los que los países y las empresas hacen afirmaciones falsas o exageradas para recaudar dinero en la parte más dinámica de los mercados de renta fija,

No importa si se trata de recaudar dinero para construir una nueva pista, como en el caso de la Autoridad Aeroportuaria de Hong Kong3, o de emitir deuda verde a pesar de ser uno de los mayores contaminadores del mundo, como hace Arabia Saudí, las contradicciones son numerosas4. Incluso Bielorrusia y Rusia se han sumado a esta tendencia, vendiendo supuestos bonos ESG a gestores de capital. De hecho, algunos expertos en bonos verdes creen que apenas la mitad del universo invertible de los bonos verdes es verdaderamente «verde»5.

¿Qué hay detrás de esta preocupante tendencia? El insaciable apetito por los bonos verdes ha permitido que nuevos participantes – algunos de ellos bastante cuestionables – aprovechen este mercado para financiar negocios de carácter común. Pero los expertos también apuntan a una ausencia de principios o estándares globales como uno de los mayores retos que afronta el mercado.

Actualmente, los bonos verdes pueden emitirse bajo una serie de estándares y directrices puramente voluntarios establecidos por organizaciones como Climate Bonds Initiative. Aun así, la mayoría no hace uso de los mismos. Esto ha hecho que algunos, incluyendo los responsables políticos europeos, exijan unos estándares obligatorios para atajar el problema del ecoblanqueo, posiblemente asociando los nuevos bonos verdes con la taxonomía de finanzas sostenibles de la UE.

Sin embargo, no está del todo claro hasta qué punto esto serviría para algo. Incluso hay quien opina que, en el peor de los casos, podría ahogar un floreciente mercado que en estos momentos es vital para financiar los ambiciosos planes de transición energética5.

Por ahora, esto sigue siendo un área de debate e incertidumbre. Y, aunque aún no se ha tomado una decisión definitiva, lo más probable es que los responsables europeos intenten alcanzar un equilibrio a lo largo de los próximos años.

Midiendo el impacto
Dada la actual incertidumbre, ¿cómo pueden asegurarse los inversores de que sus inversiones en bonos verdes están teniendo el impacto deseado? El primer paso es recurrir a un gestor de bonos verdes activo y especializado, en vez de a un índice que puede que tenga exposición a emisores no demasiado escrupulosos.

Invertir con un fondo ESG del artículo 9 – en vez de con un fondo ESG del artículo 8 – es una manera de tener una mayor seguridad de que las inversiones subyacentes del gestor están vinculadas a la taxonomía verde de la UE. Sin embargo, también es importante tener en cuenta el proceso del gestor para analizar los bonos verdes y por qué rechaza ciertos bonos.

Algunos gestores, por ejemplo, solo invierten en un emisor si los impactos medioambientales o sociales son lo suficientemente claros y alcanzables. Esto es algo que tiene sentido: aunque es muy fácil impresionar a los posibles inversores con objetivos o procesos ambiciosos, estas causas tienen que ser realistas. Esto, a su vez, significa que estos bonos pueden seleccionarse adecuadamente para el proyecto deseado.

La trazabilidad también es importante, especialmente a lo largo del ciclo de vida del bono, y los inversores empezando a exigir informes de anuales acerca del impacto de sus inversiones en renta fija.

Aun así, puede que los gestores también estén interesados en examinar cómo encaja el proyecto en la estrategia general de desarrollo sostenible del emisor. Aunque es posible que, por ejemplo, China o Arabia Saudí tengan proyectos verdes legítimos que necesiten financiación externa, a algunos puede que les cueste creer que sus gobiernos están totalmente comprometidos con la transición a las energías sostenibles, y puede que, como resultado, muchos gestores excluyan estos fondos soberanos de sus carteras.

A pesar de su creciente popularidad, por tanto, hay que decir que la inversión en bonos verdes es, por ahora, más un arte que una ciencia. Sin embargo, invertir con un gestor activo con experiencia es una estrategia que puede permitirle orientarse en este complejo paisaje y asegurarse de que sus inversiones en bonos verdes están teniendo el impacto que desea.


Convicción verde para su asignación de renta fija.

Descubra más

GLOSARIO
  • Taxonomía de la UE: la taxonomía de la UE es un sistema de clasificación que establece una lista de actividades económicas medioambientalmente sostenibles. La taxonomía ofrece a las empresas, inversores y responsables políticos unas definiciones adecuadas de qué actividades económicas pueden considerarse sostenibles desde el punto de vista medioambiental.
  • Renta fija: una clase de activos que paga un nivel determinado de flujos de efectivo a los inversores, generalmente en forma de intereses o dividendos fijos, hasta la fecha de vencimiento de la inversión – la fecha acordada en la que termina la inversión – lo que a menudo lleva al reembolso del bono o su renovación. En el momento del vencimiento, se les devuelve a los inversores la cantidad principal que habían invertido, además de los intereses que hayan recibido. Entre las inversiones de renta fija típicas, se incluyen los bonos del gobierno, los bonos corporativos y, cada vez más en los últimos años, los bonos verdes.
  • Bono verde: un bono verde es un instrumento de renta fija especialmente diseñado para apoyar proyectos específicos relacionados con el clima o el medio ambiente. Pueden ser emitidos por gobiernos, organizaciones cuasigubernamentales o empresas.
  • Emisión: el término «mercado de bonos» describe en un sentido amplio un mercado donde los inversores compran valores de deuda que son llevados al mercado, o «emitidos», bien por organismos gubernamentales, o bien por corporaciones («emisores»). Los gobiernos suelen «emitir» bonos para recaudar capital con el fin de pagar deudas o financiar mejoras en las infraestructuras. Las empresas «emiten» bonos para recaudar el capital necesario para mantener sus operaciones, hacer crecer sus líneas de productos o abrir nuevas ubicaciones.
  • Cero neto: un concepto que intenta describir el equilibrio de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para que la suma de todos los GEI emitidos por las actividades humanas sea cero. El punto en el que alcancemos el «cero neto» será el punto en el que cualquier emisión residual de GEI se compense con tecnologías que los eliminen de la atmósfera.
  • SFDR: el Reglamento sobre la Divulgación de Información Relativa a la Sostenibilidad en el Sector Financiero (SFDR) es un reglamento europeo, que establece una serie de normas para clasificar e informar acerca los factores de sostenibilidad y ESG de las inversiones. Se introdujo para mejorar la transparencia en el mercado de los productos de inversión sostenible, combatir el ecoblanqueo e incrementar la transparencia en torno a las afirmaciones en cuanto a la sostenibilidad realizadas por los participantes en el mercado financiero y, de este modo, dirigir el capital hacia inversiones más sostenibles.

    El SFDR exige a los gestores de activos que clasifiquen sus fondos en diferentes categorías de sostenibilidad en función de las características del producto, siendo esta obligación de divulgación proporcional a la ambición en materia de ESG del producto. El reglamento tiene como objetivo aumentar la transparencia y el nivel de información divulgada, de modo que el usuario final pueda comprender y comparar claramente las características de sostenibilidad subyacentes de cualquier fondo de inversión. Esto forma parte de un esfuerzo más amplio para combatir el «ecoblanqueo», o el hecho de que un fondo asegure ser sostenible cuando en realidad no lo es.

    Según el SFDR, los fondos se clasifican como de artículo 6, 8 o 9:
    • El artículo 6 es la clasificación por defecto para los fondos que no tienen una orientación ESG. Estos fondos pueden tener en cuenta los riesgos ESG como parte del proceso de inversión, pero no integran ningún tipo de consideraciones en cuanto a la sostenibilidad en el proceso de inversión. En otras palabras, esto significa que son fondos que no tienen un objetivo de inversión sostenible, ni adoptan la inversión en activos con beneficios medioambientales o sociales
    • El artículo 8 se aplica a los fondos que promueven, entre otras, características medioambientales y/o sociales como parte de una estrategia más amplia de inversión, siempre que las empresas en las que se realicen las inversiones sigan prácticas de buena gobernanza.
    • Los fondos del artículo 9 son los que tienen una inversión sostenible como objetivo, tal y como se define en el artículo 2 (17) del SFDR.
    El reglamento europeo, que entró en vigor el 30 de junio de 2021, exigía originalmente que las empresas publicasen y mantuviesen una declaración en su sitio web en relación con sus principales políticas de impacto adverso (PAI) y diligencia debida. El 1 de enero de 2023 se introdujo un segundo nivel del SFDR, conocido como estándares técnicos de regulación (RTS), que exige que los proveedores de fondos proporcionen obligaciones detalladas de divulgación relacionadas con la sostenibilidad y cumplimenten unas plantillas de información obligatorias.

    Los fondos clasificados como del artículo 8 o del artículo 9 deben publicar unas hojas informativas ESG altamente estandarizadas que detallen la estrategia, las características, el índice de referencia y las políticas de diligencia debida del fondo. En los anexos de los folletos y los informes anuales de los fondos, estas plantillas también incluyen un KPI que mide la alineación con la taxonomía de la UE, un sistema para clasificar las «actividades económicas sostenibles» que tiene en cuenta el objetivo de los Acuerdos de París de alcanzar neutralidad de carbono de aquí a 2050.
1 Fuente: Climate Bonds, https://www.climatebonds.net/2022/01/500bn-green-issuance-2021-social-and-sustainable-acceleration-annual-green-1tn-sight-market
2 Fuente: European Commission, https://ec.europa.eu/commission/presscorner/detail/en/speech_21_3506
3 Fuente: Reclaim Finance, https://reclaimfinance.org/site/en/2022/01/04/high-flying-greenwashing-around-a-new-green-bond/
4 Fuente: Reuters, https://www.reuters.com/markets/funds/saudi-arabias-sovereign-fund-lays-out-plan-green-financing-2022-02-28/
5 Fuente: Financial Times, https://www.ft.com/content/d797800b-fb07-40c7-8386-a22de312cd35

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