Descrita en cierta ocasión por un exministro de Hacienda británico como «lo peor de ambos mundos»1, la estanflación era un término poco conocido fuera de los círculos académicos y el sector de la gestión de activos.

Definida como un periodo de crecimiento económico lento o estancamiento unido a una alta inflación, esta terrible situación económica no se ha dado en muchos años. Incluso después de la crisis financiera mundial, la inflación era prácticamente desconocida2 y el crecimiento económico fue relativamente bueno, aunque no fuera particularmente fuerte3.

Pero el cambiante trasfondo económico de los últimos años está despertando los temores de que tengamos que volver a enfrentarnos a un escenario de estanflación. Alrededor de dos tercios (65 %) de los participantes en una reciente encuesta de Natixis lo han mencionado como una de sus preocupaciones4.

A los gestores de fondos también les pone nerviosos esta posibilidad. En marzo, alrededor del 88 % de los participantes en la encuesta de gestores de fondos del Banco de América preveían un entorno de estanflación en los mercados en los próximos 12 meses5.

Como ya se ha mencionado, la estanflación se produce cuando la inflación es alta o está aumentando, el crecimiento económico es lento o se ha estancado y el desempleo sigue siendo persistentemente alto. Uno o dos factores hacen que estos eventos se combinen para crear un entorno estanflacionario.

Uno de los principales factores desencadenantes es una crisis de la oferta. En el pasado, esto se ha debido a un rápido aumento de los precios del petróleo. La subida de los precios del petróleo puede ralentizar el crecimiento económico a medida que los costes energéticos reducen las ganancias y encarecen la producción.

Una política inadecuada por parte del gobierno es otro factor clave. Por ejemplo, una regulación más estricta de los mercados, los bienes y el trabajo puede empeorar la inflación o tener un mayor impacto en el crecimiento económico.

Sin embargo, para los gobiernos y los bancos centrales, prevenir o controlar la estanflación puede ser complicado. Esto se debe a que muchas de las herramientas políticas que se utilizan para combatir el desempleo, por ejemplo, pueden agudizar la inflación y viceversa.

En un entorno así, los inversores pueden verse obligados a buscar formas de proteger sus carteras mediante la selección de valores6 y una mayor diversificación en áreas como los activos alternativos7 o los «valores seguros» como el oro8.
Las preocupaciones acerca de la estanflación aparecieron por primera vez a raíz de la pandemia de COVID-19, ya que la interrupción de las cadenas de suministro —y de los semiconductores en particular— comenzó a afectar al sector tecnológico, que ha sido el principal motor de los mercados y el crecimiento económico durante gran parte de la última década.

Estas preocupaciones se agravaron con la retirada del generoso apoyo fiscal implementado durante la pandemia y las medidas para subir los tipos de interés a unos niveles más normalizados después de más de una década a niveles ultrabajos. Luego, en 2022, los mercados de la energía se vieron convulsionados cuando los Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea y otros países impusieron sanciones a Rusia después de que esta invadiera Ucrania.

Todos los ingredientes necesarios para un entorno estanflacionario, por lo tanto, han estado presentes desde hace algún tiempo. Sin embargo, el trasfondo macroeconómico impide que muchas de las herramientas con las que normalmente cuentan los bancos centrales y los gobiernos para combatir la estanflación están fuera de su alcance o son políticamente imposibles de utilizar.
Tenemos que remontarnos a la década de 1970 —la era de la música disco y los pantalones de campana— para recordar la última vez que la estanflación supuso un problema.

En 1973, la economía mundial sufrió una enorme crisis de la oferta cuando la OPEP, liderada por Arabia Saudí, impuso un embargo del petróleo a los países que apoyaron a Israel en la guerra árabe-israelí contra Egipto. Como resultado, los precios se dispararon. Y esto se produjo en un momento en que la oferta monetaria en países como los Estados Unidos y el Reino Unido también era bastante expansiva, lo que podría haber contribuido a empeorar la inflación.

Como respuesta, algunos gobiernos y bancos centrales empezaron a subir los tipos —que se mantuvieron en niveles altos hasta bien entrada la década de 1980— para intentar controlar la inflación mientras el crecimiento económico se recuperaba9.

A lo largo de la historia, pueden encontrarse otros casos de estanflación, a pesar de que el término no se haya utilizado formalmente para explicar este fenómeno.
Uno de los indicadores más obvios para los inversores de que el riesgo de estanflación es real es que la inflación esté aumentando o que sea probable que se mantenga alta a largo plazo, que lo que hemos visto en 2023, por ejemplo.

El aumento de los precios de la energía y las interrupciones de la cadena de suministro han hecho que la inflación suba en todos los ámbitos en los últimos meses, y los precios siguen siendo persistentemente altos en muchos países. Sin embargo, los bancos centrales —como la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo— siguen intentando reducir la inflación mediante los tipos de interés.
El famoso economista Nouriel Roubini, apodado «Doctor Doom» por pronosticar la crisis financiera global de 2008, cree que los mercados pueden haber entrado ya en la «Gran Estanflación» y que esta «se caracterizarán por la inestabilidad y una confluencia de crisis de la oferta negativas a cámara lenta».10.

Muchos de los comentaristas económicos recomiendan centrarse en controlar la inflación antes de intentar reanimar la economía. Uno de ellos es Mohamed El-Erian, asesor económico jefe de la aseguradora Allianz y exdirector ejecutivo de la gestora de activos PIMCO. Recientemente aconsejó a la Reserva Federal que siguiera centrándose en reducir la inflación en lugar de ceder a las presiones para reducir los tipos.11.

«La luz de alarma roja que supone una súbita retirada de fondos en el sistema bancario de Estados Unidos, o lo que los economistas denominan ampliamente un contagio financiero, ha quedado atrás», señaló El-Erian. «Aun así, es demasiado pronto para que los responsables políticos den la misión por cumplida».

Y añadió: «Pero el rojo ha pasado a un amarillo intermitente que representa un contagio económico más lento y cuyo principal canal de transmisión, el de la reducción de la extensión del crédito a la economía, aumenta el riesgo no solo de recesión, sino también de estanflación».

Sin embargo, el economista estadounidense y ganador del premio Nobel Paul Krugman dijo que el «verano de la estanflación» del año pasado y las serias advertencias sobre lo que había que hacer para combatir la inflación nunca llegaron a hacerse realidad12.

«Los pesimistas de la inflación fueron admirablemente claros acerca de sus datos y suposiciones», aseguró. «Pero había y hay una mentalidad —que posiblemente afecta a los propios economistas y que sin duda alguna afecta a gran parte de su público— que siempre ve cualquier contratiempo económico como una repetición de lo que ocurrió en la década de 1970, que siempre cree que la estanflación está a la vuelta de la esquina».

De hecho, Krugman advirtió que la Reserva Federal podría correr el riesgo de causar una «recesión innecesaria» si mantiene su política económica en respuesta a la «estanflación imaginaria».

La diversidad intelectual permite desarrollar ideas más complejas. Y las ideas son oportunidades.

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GLOSARIO
  • Mercado alcista: un mercado en el que el precio de las acciones está subiendo en general, en contraposición a un mercado bajista, en el que está bajando.
  • Valores defensivos: un valor de renta variable capaz de ofrecer un dividendo y ganancias estables independientemente del estado del mercado de valores en general.
  • Postura restrictiva en cuanto a la política monetaria: los bancos centrales, como la Reserva Federal de los Estados Unidos (la Fed), suelen tener dos objetivos principales: controlar la inflación y maximizar el empleo. Sin embargo, estos objetivos son a menudo contrapuestos. Por este motivo, a menudo se hace referencia a ellos hablando de una política monetaria «restrictiva» o «expansiva», dependiendo de los puntos de vista enfrentados sobre la política monetaria que requiera la economía en ese momento. Una Reserva Federal con una postura restrictiva dará prioridad a mantener unos bajos niveles de inflación o a bajarlos aún más. Es más probable que suba los tipos de interés incluso aunque dé lugar a pérdidas de puestos de trabajo. Por otro lado, una Reserva Federa con una postura expansiva intenta bajar los tipos de interés o mantenerlos bajas, porque una política monetaria más flexible aumenta la oferta monetaria y apoya el crecimiento económico.
  • Ciclo de política monetaria: Se refiere al patrón cíclico de aumento y reducción de la oferta monetaria mediante el ajuste de las tasas de interés o el uso de otros estímulos económicos.
  • Expansión cuantitativa: También conocida como compra de activos a gran escala, la expansión cuantitativa es una política monetaria que consiste en que un banco central adquiere unas cantidades predeterminadas de bonos gubernamentales o del Tesoro, u otros activos financieros —como valores respaldados por hipotecas de agencias— para inyectar liquidez directamente en la economía y ayudar a mantener bajas las tasas de interés. A veces se refiere específicamente al programa de expansión cuantitativa que aplicó el gobierno de los Estados Unidos de diciembre de 2008 a octubre de 2014.
  • Aterrizaje suave: Una desaceleración económica moderada después de un periodo de crecimiento. Cuando la Reserva Federal y otros bancos centrales suben los tipos de interés para frenar la inflación tienen como objetivo conseguir un aterrizaje suave de la economía. Sin embargo, la Reserva Federal no siempre ha sido capaz de lograr un aterrizaje suave mediante subidas de tipos en anteriores ocasiones. La posibilidad de un aterrizaje suave se reduce debido a los retrasos asociados con la política monetaria.
1 Fuente: Iain Macleod in a 1965 speech to Parliament, https://hansard.parliament.uk/Commons/1965-11-17/debates/06338c6d-ebdd-4876-a782-59cbd531a28a/EconomicAffairs?highlight=stagflation#contribution-2c3e32e7-7c5b-47b8-bfd3-16c3dbd2a001
2 Fuente: World Bank, https://data.worldbank.org/indicator/FP.CPI.TOTL.ZG?end=2019&start=2008
3 Fuente: World Bank, https://data.worldbank.org/indicator/NY.GDP.MKTP.KD.ZG?end=2019&start=2008
4 Fuente: Natixis Institutional Investor Survey 2023, https://www.im.natixis.com/intl/research/institutional-investor-survey-2023-outlook
5 Fuente: BofA Global Fund Manager Survey 2023, Bloomberg.
6 Fuente: Business Insider, https://markets.businessinsider.com/news/stocks/stock-market-outlook-stagflation-economy-volatility-bonds-inflation-blackrock-etfs-2022-8
7 Fuente: Official Monetary and Financial Institutions Forum, https://www.omfif.org/2022/12/flight-to-safety-versus-fight-for-returns/
8 Fuente: Gold.org, https://www.gold.org/goldhub/gold-focus/2022/03/stagflation-strikes-back
9 Fuente: Time Magazine, https://time.com/6160043/ukraine-oil-1970s-stagflation/
10 Fuente: Project Syndicate, https://www.project-syndicate.org/commentary/stagflationary-debt-crisis-is-here-by-nouriel-roubini-2022-10
11 Fuente: Financial Times, https://www.ft.com/content/9722fd18-129e-488e-b422-077f26c0ba2e
12 Fuente: New York Times, https://www.nytimes.com/2023/02/06/opinion/inflation-summer-stagflation-economy-recession.html

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