Marine Dubrac

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Thematics Asset Management

Pierre-Alexis Francois

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Thematics Asset Management

El mundo post pandemia ha traído consigo una nueva era en la que todos nos comunicamos, trabajamos y consumimos más online y los inversores quieren una exposición tanto a la economía real como al mundo cada vez más digital en el que vivimos. Al mismo tiempo, la escasez de recursos, la innovación y la demografía son consideraciones a largo plazo cada vez más importantes.

Incluso antes de la pandemia, tendencias como la computación en la nube, la inteligencia artificial, las tecnologías limpias, las nuevas formas de consumir y los cambios en los hábitos de trabajo ya estaban centrando las conversaciones en las salas de juntas.

Impulsados, por un lado, por el envejecimiento de la población y, por el otro, por una nueva generación de personas concienciadas con el medio ambiente y la sociedad, estos cambios han sacudido sectores tan diferentes como la salud, las telecomunicaciones, la automoción, la generación de electricidad, el mercado inmobiliario y las infraestructuras.

Pero esta nueva generación de inversores no solo está preocupada por la salud del planeta. También son totalmente partidarios de todo lo digital y buscan experiencias beneficiosas para su salud y su bienestar a largo plazo.

La generación Z, o las personas nacidas entre 1996 y 2016, es una cohorte de nativos digitales, un conjunto de expertos en aplicaciones y redes sociales que pasa más tiempo en Internet que cualquier otra generación1. De hecho, nunca han conocido un mundo sin Internet y son por tanto mucho más propensos a estar conectados la mayoría del tiempo.

Como la generación Z es digital por naturaleza, quizá no sorprenda el hecho de que haya habido un aumento continuado y constante del número de sectores y empresas que utilizan suscripciones para monetizar sus productos y servicios. Después de todo, la parte del sector del entretenimiento online relacionada con los e-sports, los juegos, la música y el streaming de vídeo cuenta con un amplio público entre la generación Z.

La mayoría de los miembros de la generación Z que echen un vistazo al extracto de su tarjeta de crédito encontrará suscripciones mensuales —o incluso anuales— a una serie de servicios de los que hacen un uso regular, y algunas de ellas serán probablemente a un servicio de streaming de música o vídeos. Aun así, la suscripción a un servicio no implica ser realmente dueño del producto.

Lo que esta generación valora sobre todo es la experiencia. De este modo, aunque los miembros de la generación Z disfrutan de la experiencia de ver una película, por ejemplo, no tienen la necesidad de comprar el DVD si pueden consumirla a través de servicio de vídeo en streaming.

De hecho, el 70 % de los adultos en general afirman2 que el mantenimiento y los costes asociados a la propiedad de las posesiones materiales suponen una carga y que prefieren suscribirse a un servicio. Esto significaría que las suscripciones son una tendencia más amplia que está siendo adoptada por la mayoría de las generaciones.
Los hábitos de consumo en general también están cambiando a favor de unos productos y servicios más locales, más naturales y más beneficiosos para la salud, así como para la salud del planeta. Claramente, la carne tiene cada vez menos presencia en el menú de la generación Z3.

Del mismo modo, la innovación tecnológica ha facilitado el desarrollo de aplicaciones y tecnología ponible para controlar y monitorizar nuestra salud, además de mejorar productos como las gafas y los audífonos. Estos avances nos permiten controlar nuestra salud a diario para anticipar y detectar rápidamente cualquier problema y poder limitar al máximo posible sus consecuencias.

Antes de la pandemia, el mundo ya había empezado a ser testigo de cómo una población más consciente por su salud buscaba activamente tomar decisiones más saludables con respecto al ejercicio, la dieta, el cuidado de uno mismo y la salud mental.

A medida que el mundo va volviendo a la normalidad, nunca ha estado más claro que esta estrategia es una de las formas más eficaces de prevenir las enfermedades crónicas: la evidencia demuestra que 30 minutos de actividad cinco días a la semana reducen el riesgo de enfermar y morir a causa de una enfermedad infecciosa en un 37 %4.

Las mentes de la generación Z también tienen que adaptarse. Casi dos años después de que empezara la pandemia, esta cohorte está reportando tasas más altas de ansiedad, depresión y angustia que cualquier otro grupo de edad5.

De hecho, aunque la generación Z ha sido menos vulnerable a los impactos físicos del COVID, se ha visto sometida a presiones únicas debido a la etapa vital en la que se encuentra, incluyendo el estrés emocional y el dolor producidos por la pandemia, unas altas tasas de pérdida de empleo y paro, y complicaciones en su formación al tener que adoptar procesos de aprendizaje a distancia o ver interrumpidos sus estudios. Algunos de estos problemas aún no se han resuelto por completo en 2022, a pesar de estar aprendiendo a vivir con el coronavirus.

Esto es solo una de las razones por las que el bienestar es una preocupación cotidiana, ya sea mediante la práctica de una actividad física más regular, una vida social más activa, un mayor consumo de vitaminas o incluso la práctica del yoga.
Es evidente que una población más instruida y conectada está invirtiendo cada vez más en su salud a largo plazo, por ejemplo, asistiendo a gimnasios, adquiriendo equipaciones para fitness y comiendo más sano cuando sale.

Las empresas, por su parte, están invirtiendo más que nunca en salud mental y bienestar: cuatro de cada cinco directivos de RR. HH. de todo el mundo aseguran que la salud mental y el bienestar son una prioridad para su organización6. De hecho, se calcula que 9 de cada 10 organizaciones de todo el mundo ofrecen actualmente algún tipo de programa de bienestar7.

Mientras nos acostumbramos a vivir con la COVID, las empresas están cada vez más obligadas a adaptarse para satisfacer las necesidades de los miembros de la generación Z como clientes. Al mismo tiempo, los inversores de la generación Z —y otros que no dejan de estar atentos a las oportunidades— están buscando ahora una exposición a la economía real y al mundo cada vez más digital en el que vivimos.

Los inversores que más se van a beneficiar son aquellos que hayan posicionado sus carteras hacia las empresas que contribuyen a dar forma —y están adaptadas a— un mundo en constante cambio.

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Una cartera multitemática construida para el futuro

Descubra más

1 Fuente : « Generation Influence: Reaching Gen Z in the New Digital Paradigm », Center for Generational Kinetics (CGK), commandé par WP Engine
2 Fuente : Zuora, novembre 2018
3 Fuente : Enquête thématique BofA n=14,592, réalisée en août 2020, « What are your meat eating habits? »
4 Fuente : Glasgow Caledonian University Research, avril 2021
5 Fuente : McKinsey &Co, « Addressing the unprecedented behavioural-health challenges facing Generation Z », janvier 2022
6 Fuente : McKinsey Health Institute Employee Mental Health and Wellbeing Survey, 2022 : n (employés) = 14 509 ; n (responsables RH) = 1 389.
7 Fuente : Charlotte Lieberman, « What wellness programs don’t do for workers », Harvard Business Review, 14 août 2019.